dilluns, 27 de febrer del 2012



Tras la asistencia al museo del Palacio de Cerveró para visitar la exposición “a través de l’espill”, se vio un despertar en nosotros que nos sensibilizó profundamente sobre los trastornos alimenticios. Principalmente de cuáles son los motivos que empujan a una a persona a sufrir una patología y las consecuencias que éstas desencadenan. El hombre es un ser social, interactuamos unos con otros, tenemos nuestras propias vivencias, encontramos grupos de referencia, y sin darnos cuenta, todos estamos siendo bombardeados constantemente por multitud de mensajes (no siempre subliminales) que de algún modo modifican nuestros patrones de conducta con el fin de ser más y mejor aceptados por todos.

Como muestra un botón: los conocidos muñecos con los que juegan los niños, y que han representado una referencia para los infantes, poseen hoy día formas imposibles. Muchos de los muñecos chicos poseen una anatomía que a escala humana debería de tener un bíceps de 60 cm, imposible de conseguir sin anabolizantes y un duro plan de entrenamiento. De Igual manera sucede con las muñecas de las niñas en lo referente a las medidas de la cintura, altura,…

Estos cánones de belleza, son cambiantes a lo largo de la historia:
En el comienzo de los tiempos, en la prehistoria, era imprescindible tener más reservas de tejido adiposo en nuestro organismo para aguantar los largos períodos de hambruna a los que en ocasiones se veían avocados. Posteriormente, con los Griegos y con el Imperio Romano, se buscaba unas líneas masculinas más atléticas para cumplir con sus compromisos militares en las batallas, en el siglo XIX las mujeres más atractivas eran las que poseían un numero generoso de curvas, por otro lado, hace dos décadas que el estereotipo de mujer era el de una persona delgada a la vez que el hombre debía de ser musculoso y varonil, hoy día es de necesario cumplimiento que los hombres sean fornidos a la par que sensibles y cuidadosamente coquetos, las mujeres por otro lado han de ser femeninas y casi perfectas en su anatomía, obligando tal exigencia en muchos casos a pasar por quirófano o a someterse a duros tratamientos de belleza que les haga parecer más joven, más atractiva, etc. La eterna juventud.

Por estos estrictos y cambiantes cánones de belleza creados por los intereses partidistas de las grandes marcas que a su vez son imposibles de cumplir, unidos a nuestros círculos de pertenencia, más las situaciones personales de cada individuo, hace que cada vez un mayor número de personas caiga en algún tipo de trastorno alimenticio.

Desde esta pequeña ventana que es nuestro blog pretendemos exponer un documento que nos pareció interesante y en el que no pretendemos adoctrinar de modo alguno, sino más bien hacer reflexionar sobre una realidad que más allá de los mensajes de belleza que encontramos a diario y que en muchos casos son materialmente imposibles de cumplir, se siente en la calle.


1 comentari:

  1. Me gusta mucho vuestro primer párrafo. Hoy día la obesidad y la gordura (que no es lo mismo) adquieren a través de la estética un significado moral. Soy gordo, luego no soy atractivo. No soy atractivo, luego no soy socialmente valorado. No soy socialmente valorado, luego soy malo. Por tanto soy gordo, luego soy malo. Piensa en la trascendencia de esa norma implícita como forma de control social.

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