dijous, 10 de maig del 2012

Escuela Libertaria: otra educación es posible

Escuela Libertaria:
una educación alternativa:


Motivado por el afán de conocer y de experimentar con nuevas sensaciones pedagógicas, la semana pasada tuve la oportunidad gracias a ésta, nuestra Universidad, a asistir como oyente a lo que en el lenguaje académico formal y tradicional denominaríamos conferencia. Pues bien, tras esta experiencia, yo ahora más bien la denominaría un encuentro o charla, y más cercano a un coloquio, eso si  conducido por un gran ponente que es estudiante de esta Universidad. Y es que de vez en cuando da gusto asistir a asuntos de interés contados por personas que aunque sin reconocido prestigio académico, te sientes identificado porque hablan de tú a tú, con franqueza, con sus emociones, y presentando con total humanidad y naturalidad sus experiencias vividas.
Pero entrando en materia, explicaremos que el tema principal de la charla fueron las experiencias personales, intransferibles que vivió este alumno en una escuela libertaria y de la cual ahora nos brinda la oportunidad de conocer.

Todo lo que nos cuenta no tiene rigor académico, no tiene resultados de trabajos de investigación hechos al respecto, es tan sólo (y tanto a la vez) que toda vivencia experimentada en su


¿Qué es?

Pero antes de hablar de sus vivencias explicaremos que esta Escuela Libertaria es un centro no homologado por el ministerio de educación (y que por lo tanto no expide graduados escolares) pero que si tiene por objetivo realizar una enseñanza alternativa basada en la anarquía. Sus principios, que en mayor o menor medida, profesa son:
- Libertad del individuo. Libertad del individuo pero colectiva es decir teniendo en cuenta a los demás y desde la responsabilidad a vivir en grupo.
- En contra de la autoridad. Nadie manda a nadie todo se hace por compromisos asumidos y desde la decisión colectiva, abierta y sincera.
- Autonomía del individuo, en contra de las dependencias jerarquizadas y asumidas, cada individuo tiene derechos y obligaciones asumidas voluntariamente, responsabilidad colectiva y respeto. Las personas afrontan sus propios problemas, crean sus propias convicciones y razonamientos.
- El juego como acceso al saber. Desde el juego es más fácil desarrollar la solidaridad y el trabajo colectivo, la socialización y el ambiente positivo, alegre y sincero.
- Coeducación de sexos y social. La educación es igual y conjunta, sin discriminación de ningún tipo por razones de genero o económico sociales. Pero concretando aún más explicaremos algunas de las formas de funcionamiento concreto para lograr que estas ideas se vayan desarrollando día a día en algo estable y asumido por todas las personas.


 Conferencia en el aula de audiovisuales de la Facultad de FCAFE

Ya en el día a día:

-Lo primero que hacíamos los integrantes del centro (incluidos los alumnos) era una asamblea (reunión de iguales), donde se trataban las tareas del día. Es decir, que como los únicos fondos que disponía en centro era el de los aportados por los propios estudiantes, pues todos arrimaban el hombro. Dichas tareas podían ser. Barrer el patio, cortar la hierba limpiar cocina, poner la mesa en la comida,…
Después, daban comienzo las clases, siendo estas mucho más reducidas en alumnos que las tradicionales. También destacaremos que las asignaturas de cada alumno eran cogidos por ellos libremente. El funcionamiento era el siguiente, se colgaba en un mural las materias, y ellos las elegían. También resulta innovador el que si cualquier persona era sabia en algo y  quería enseñarlo al resto, también podía dar clase. Recordemos que los profesores no cobran.
En cuanto a libros,,, ayyy… no habían libros!! Tan sólo cuadernillos. Eso sí, cada alumno se comprometía en una “hoja de compromiso" a  responsabilizarse de realizar un número concreto.
Al final, no habían exámenes, pero si tests psicológicos y psicotéctnicos.
En caso de no cumplir con los compromisos, había medidas de presión: castigos. Principalmente el del “mandao”, que consistía en hacer todo aquello que le dijeran. Y claro, había diferentes tipos de grados de “mandaos” en función de su falta.
Pero después de todo, teníamos castigos por todo: mal comportamiento, no comer, conducta no deseable,…
Pero después de todo, se pretendía que hubiera una participación de igual por parte de todos. Un día decidimos los alumnos hacer un día de escuela normal,…fue un aburrimiento y un fracaso mayúsculo.

Unas de las cosas más positivas era que estaban en un entorno rural, con todas las posibilidades que ellos tiene en excursiones, paseos, aire libre, libertad,..

¿Entonces que conclusión saco de la experiencia?
La idea es muy buena pero muy mal gestionada y aplicada. De aspectos positivos encontramos que se fomenta la creatividad, el afecto, la independencia, estábamos sentados (o no) y hablando de lo que queríamos en clase,....
Y de aspectos negativos que se malcriaba porque siempre hacíamos los que queríamos, no hay libro de escolaridad, castigos a veces injustos, no se aprende una metodología de estudio (el cambio a instituto privado tradicional fue traumático), en algunas materias se avanza mucho pero en otras muy muy poco.
Paradoja: en la escuela se acaba siendo buenas personas pero malos estudiantes.


Para más información de este tipo de escuelas, aquí os pasamos una página con un ejemplo muy esclarecedor. Esperando que os gustara el artículo, desearos una buena semana.



http://www.paideiaescuelalibre.org/

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